El rey de los Qin funda una nueva dinastía y toma para sí el nuevo nombre de 皇帝 (huángdì), de connotaciones religiosas, que traducimos al español por "emperador". A partir de este momento histórico, todos los monarcas chinos posteriores utilizarán este título, abandonando la denominación de "reyes" (王 wáng). El nuevo emperador se hizo llamar 始皇帝 Shǐ Huángdì ("primer emperador"), viéndose a sí mismo como el primero de lo que esperaba fuera una larga dinastía de emperadores. Es la primera dinastía de una China reunificada y mucho más grande que la gobernada por los Zhou. Hoy en día los chinos lo llaman más frecuentemente Qin Shi Huang ("Primer Emperador Qin"). Con él surge, por primera vez en la historia, un estado chino fuerte, centralizado y unificado.
El
Estado Qin llevó a cabo una labor intensa de unificación de normas:
Se unificaron las pesas y las medidas, así como el sistema de
escritura. Se ordenó la tristemente célebre quema de libros, en la
que se destruyeron escritos que no se ajustaban al modelo religioso y
social del nuevo imperio. Construyó enormes palacios en Xianyang
para convertir a sus antiguos enemigos en cortesanos, unificó los
fragmentos de muralla construidos durante los siglos anteriores en la
Gran Muralla, también inició la construcción de su mausoleo, los
famosos Guerreros de Terracota.
A
pesar del éxito militar de la unificación, las características del
estado Qin hicieron su supervivencia inviable, y éste se vino abajo
tras la muerte de Qin Shi Huang. En 206 a. C., Liu Bang, que dirigía
la rebelión militar contra el ejército Qin, se proclama emperador,
fundando una nueva dinastía: los Han.s.
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