Es
el período en que China se halla dividida tras la caída de la
dinastía Han y por las luchas que se extienden por el país.
Brevemente se unifica bajo los Jin del Este, para nuevamente ser
dividida en numerosas dinastías de breve reinado.
En
este período se inició la construcción de las majestuosas cuevas
de Yunggan, Longmen y Mogao.
La
autoridad de Cao Cao en Luoyang, donde el poder nominal aún residía
en el emperador Xian, le enfrentó a sus dos rivales militares Liu
Bei y Sun Quan. Tras la Batalla de los Acantilados Rojos, en el año
208, en que estos derrotaron a las tropas de Cao Cao, el imperio
quedó dividido en tres. En el año 220, tras la muerte de Cao Cao,
su hijo Cao Pi derrocó al último emperador Han y se proclamó
emperador en Luoyang de la nueva dinastía Wei.
Liu
Bei no aceptó la legitimidad de la nueva dinastía y en 221 se
autoproclamó continuador de la dinastía Han en Chengdu, en el
estado de Shu, actual provincia de Sichuan.
Del
mismo modo, Sun Quan, desde su base de poder en el bajo Yangzi, tras
fracasar en los intentos de alcanzar un acuerdo con Cao Pi, fundó el
Reino de Wu en 222, y unos años después, en 229, se proclamó
emperador. De este modo, China quedó dividida en tres reinos, Wei,
Shu-Han y Wu.
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